EL ALMA PESA VEINTIÚN GRAMOS
El alma pesa veintiún gramos,
afirman los filósofos
esotéricos.
La energía suprema
encadenada a un cuerpo
y sólo dos postigos
trémulos
le muestran un rincón
desierto
del universo.
La pseudovida
sometida al tiempo;
los sueños,
a unos huesos,
y el amor,
a unos átomos de humo.
Todo en un cenicero.
Son sólo veintiún gramos
eternos.
EN EL INFIERNO
Estas almas
que están tan convencidas
de que van tan bien...
no saben
que están en el Infierno.
Parecen sonámbulos,
tienen la conciencia
completamente dormida,
ambulan por todas partes
y creen firmemente que están vivos.
Ignoran su muerte.
No está de más decir
que sienten
el huracanado
viento de Mercurio,
y blasfeman incesantemente
en la zona subterránea
del cerebelo.
ÓRBITA INTERIOR
En el centro del sagrado recinto,
el genio,
aprisionado en la órbita de sí mismo,
se perdía en la noche de los tiempos
e insistía en buscar la teoría
de los abismos líquidos
inmensos
en las confusas capas
de la naturaleza íntima
de su ego.
CRONOS DEVORANDO A SUS HIJOS*
Todo túnel tiene su fin
y no hay pozo sin fondo.
De todo cuanto acabamos de decir
que es el espíritu,
sólo nos queda repetir
que hay que extraer el sumo
de la esfera,
círculo en que giran las manecillas del reloj.
LAS LLAVES DEL REINO
¿Quién es el verdadero sabio?
Es el que aprende de su propio error
y más aún
de aquel de los demás.
Los actos
y pensamientos
del hombre
son limitados e inferiores.
La búsqueda intuitiva
de la elación
lo lleva
a la vaguedad.
No podemos
detener la mente,
ni posesionarnos
del pensamiento,
por eso
no encontramos
las llaves
del reino.
TEOLOGÍA DEL HOMBRE
A imagen y semejanza
de Dios
dicen
las escrituras
que fuimos hechos.
Y yo me pregunto
si tenemos, acaso,
el fulgor de la divinidad,
el ritmo universal
del equilibrio,
la transparencia existencial,
la caligrafía metafísica perfecta,
la potencia racional,
el saber dimensional,
en la medida
teológica
de Dios.
PENTATEURGIA
I
¿Es de este mundo la verdadera riqueza?
Acércate al conocimiento,
para sumirte más en las tinieblas.
II
Las letras
(camino interminable,
piso de clavos),
forman un agujero
perenne
en la conciencia,
un abismo en el fuero
un vacío insondable que atormenta,
daña la digestión
y el sueño ahuyenta.
III
El animal satisfecho
come, duerme,
logra sexo,
y defiende con las garras
su territorio sin techo.
IV
Lo mismo el hombre primigenio:
contento con sus raíces,
sólo les teme a las bestias.
V
Por eso yo te pido que comprendas
mi excéntrica demencia,
convertida en poemas.
¡Yo sólo soy aspirante
a sorber
sopa de letras!
CARRETA DE VIENTO UNO
Soy camaleón afanado
por lavarme los dientes,
por tener impecable el aspecto del cabello
y por que la corbata
salga con el pañuelo.
Empujo una pesada
carreta de viento,
que me abalanza exangüe
a un huerto estéril.
No tiene vacaciones
mi intento
por comprenderme,
pero es más fácil
exfoliarme los poros
con el último tónico extranjero.
Entonces dejo
que la vida me lleve,
que el cerebro se incendie
y no se queme,
y recuerdo
sonreír a la gente
y que la urbanidad
es la llave del triunfo en sociedad.
Solo sigo,
como todos,
sólo la soledad me asola*.
Encerrado en mis células,
me rindo.
Los otros,
por lo menos,
tienen
el consuelo
del Cielo.
Mis células
todos los días
se regeneran,
pero yo
me voy extinguiendo.
CARRETA DE VIENTO DOS
Sufro mucho,
como un niño,
porque no soy capaz
de dejar el vicio
tan mal visto
de comerme las uñas.
Y sé que ni siquiera
tendré un mausoleo,
porque el de la familia
nos lo robó un hermano
del bisabuelo.
Y pienso que no debo desvelarme
pensando pensamientos,
pues me saldrán ojeras
que arruinarán mi éxito en las fiestas
de la semana entera.
Entonces me enderezo
y me quedo dormido
mirando al techo.
INCONEXOS
Los grandes descubrimientos
casi siempre son obra del azar.
Un ejemplo característico de evolución
es que la línea recta al fin se cansa.
El alma racional transmigra incluso
en el transcurso de la propia vida.
Los signos se hayan dispuestos
en espiral;
los axiomas se ordenan
geométricamente,
antes de terminar en este punto.
La solución me es dada:
¡Hay que
circuncidar el alma!
CABALLERO SOBERBIO
Distinguido caballero:
quiero informarle a usted
que los cinco sentidos
sólo perciben
aspectos tridimensionales
de la existencia.
Cuán felices seríamos
si nunca hubiésemos tenido
eso
que se llama
ego.
Yo mismo,
sí,
yo mismo,
reflexiono en la desgracia
de este mundo,
entro en meditación
y regreso al origen,
a la suprasensibilidad
y a la lógica,
y llego a la estancia cósmica
que me hace creer
que el Yo Superior
no existe...
que sólo existo
Yo.