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Presentación

  • : El blog de Sergio Esteban Vélez
  • : En este sitio, la cultura es protagonista. Se puede apreciar lo mejor del arte y de la literatura colombiana, a través de entrevistas a sus mayores representantes y de más de un centenar de artículos sobre el trabajo de los mismos. También hay un espacio para la Historia, la Política y la Lingüística, además de una compilación de la obra poética que el autor ha desarrollado desde su niñez, cuando ya publicaba libros y era admirado en su país como "el Niño Poeta".
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El color según los maestros

Guerra, Padura y Manet

7 julio 2013 7 07 /07 /julio /2013 01:56

 

 SERGIO ESTEBAN VÉLEZ

 

 

Acabo de llegar de la ciudad canadiense de Trois-Rivières, donde pude disfrutar de las delicias poéticas del Festival Internacional de Poesía de esa ciudad, uno de los más prestigiosos del mundo.

 

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La "cuerda de poemas" del Festival de Trois-Rivières

 

La feliz coincidencia de la celebración de los 25 años de este evento, con la de los 375 de la fundación de la ciudad, llevó este año al gobierno federal canadiense a designar a Trois-Rivières como “Capital Cultural de la Nación”.

Con la participación de más de cien poetas, de una veintena de países de los cinco continentes, la presente edición del Festival comprendió más de 400 actividades culturales, a lo largo de diez días, en los cuales la poesía se tomó esta ciudad, la segunda más antigua del Canadá.  La “celeste música de pensamientos”, de la cual hablaba don Miguel Antonio Caro, se hizo presente de numerosos modos, algunos de ellos inusitados, pues no sólo se desarrollaron recitales en auditorios, sino que también se desplegaron numerosas presentaciones de “almuerzos-poesía”, “aperitivos-poesía”, “scotch-poesía”, “té-poesía”, “cenas-poesía”, “picnic-poesía”, “jazz-poesía” y “cine-poesía”, entre otras originales manifestaciones, en restaurantes, bares, cafés, salones de té y otros lugares, de todas las clases sociales, que, tradicionalmente, no han sido identificados como centros culturales.   De este modo, los directores del Festival han pretendido que, dado que en los tiempos modernos mucha gente no se interesa por la poesía, sea entonces ella quien se acerque al público, en sitios de asistencia masiva.

Gastón Bellemare y Maryse Baribeau, los quijotes de este evento mundial, han logrado que Trois-Rivières sea identificada como el santuario poético de Norteamérica.  De este modo, han logrado que se materialice la utopía de Félix Leclerc, poeta nacional del Québec, quien, hace 25 años, proclamó a esta como “Capital de la Poesía”.

Y, coherentemente con el espíritu de los señores Bellemare y Baribeau, la poesía vive literalmente en la ciudad entera.  Desde hace ya varios años, los corajudos directores lograron convencer a los propietarios de un inmenso número de edificios de todo el centro de la ciudad para que les permitieran instalar sobre sus muros 300 grandes placas metálicas con fragmentos de poemas de autores quebequenses. Consiguieron, además, los recursos financieros y las autorizaciones necesarias para erigir, en una importante plaza de la ciudad, justo al frente de la Alcaldía, el “Monumento al poeta desconocido”, único en el mundo.  Y el ánimo les alcanzó para construir la Maison de la Poésie de Trois-Rivières.

 

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Monumento "Al Poeta Desconicido"

 

Los buses de la ciudad, por lo demás, en los espacios reservados para publicidad, ostentan bellas estrofas poéticas y las galerías de Arte exhiben muestras de poemas compuestos acerca de lienzos o de fotografías tomadas para ilustrar poemas.

Los organizadores del Festival han craneado también diversas estrategias para estimular la escritura y la divulgación de la poesía.  Entre estas sobresalen los seis grandes concursos que organizan anualmente, cuyos premios, en cada versión, suman más de 30.000 dólares.  Esto, aparte de otros ocho premios de Poesía que conceden diversas entidades, en el marco del Festival.  Uno de estos es el “Premio de Innovación en la Enseñanza de la Poesía”, que se asigna a los maestros de las escuelas que descubran originales métodos para insuflar en sus alumnos el amor por la poesía.   Este año, una de las ganadoras fue la profesora Caroline Ricard, con un proyecto que me ha llegado al alma: “Poetas itinerantes”.  A través de él, se busca que los niños escriban poemas, los aprendan de memoria y luego se dirijan a la calle, en pequeños grupos, para abordar, en el supermercado, en la panadería o en cualquier otro lugar de la vida cotidiana, a los desconocidos, con la pregunta de: “Señor, excuse, ¿puedo recitarle mi poema?”.  Lógicamente, nadie puede negarse a tan repentino ofrecimiento.

Otro de los concursos es el de “Galaxia”, enfocado a niños poetas de todos los países francófonos.  Sus poemas se presentan, al lado de otros numerosos autores inéditos (más de 5.000), colgados con ganchos de ropa de las “cuerdas de poemas”, que ocupan uno de los parques más bellos de la ciudad.

En otro importante parque, el Parque Portuario, al borde del majestuoso río San Lorenzo, el Festival ha inaugurado, hace pocos días, el “Paseo Internacional de la Poesía”, con más de cien grandes placas con poemas de autores del mundo entero.

Otro de los enfoques especiales del Festival ha sido el trabajo comunitario en barrios humildes y en centros penitenciarios.  Llevan a cabo, por ejemplo, talleres a través de los cuales se les enseña a escribir versos a adultos en proceso de alfabetización, para que luego estos los lean en voz alta, en sus escuelas, en turno con los prestigiosos poetas invitados al Festival.  Hay que ver el orgullo de estos noveles poetas adultos, leyendo en público por primera vez, cuando, hasta hacía poco tiempo, no sabían ni leer ni escribir.

 

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Paseo de la Poesía 

 

Agotamos el espacio de hoy y se nos quedaron sin tratar muchas facetas maravillosas de este festival.  Esperamos que, algún día, alguien (ojalá yo mismo tuviese la oportunidad) pueda implementar algunas de estas ideas en Medellín.

 

 El Mundo, 14 de octubre de 2009

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