El hispano-francés Fernando Arrabal, uno de los más consagrados escritores y cineastas de Europa, está cumpliendo ochenta años de edad. En medio de los homenajes correspondientes, se está estrenando en el Festival du Nouveau Cinéma una película sobre su personalidad, "Fernando Arrabal, Grand Rectum, Université de Foulosophie", realizado por el director François Gourd. Durante su estadía en Montreal, le alcanzó el tiempo para conversar con nosotros
SERGIO ESTEBAN VÉLEZ
- Ahora, cuando se celebran sus ochenta años de edad, ¿siente dolor por no poder volver a vivir tantos momentos gratificantes de su vida o es de los que piensan: "a mí ya no me quitan lo bailado"?
- Yo aquí estoy de paso y pienso que lo mejor está por venir.
- ¿Cree que usted puede ser una suerte de encarnación del arte contemporáneo?
- Yo creo que yo soy no la encarnación del arte contemporáneo, sino una instalación. Y es como si la historia hiciera lo posible para que esa instalación fuera cada vez más rica. Por eso, soy el único que ha estado en los cuatro avatares de la Modernidad, cuando este es un honor que ha debido tener cualquier otro, antes que yo. Y, por ejemplo, todo lo de mi infancia es como si alguien hubiera dicho: 'Vamos a ponerle a este hombre todo para ser la instalación literaria, artística y filosófica del tercer milenio'.
- ¿Qué opina del concepto de P. Bruckberger, en Le Monde, de que usted "es al cine lo que Rimbaud a la poesía"?
- Es algo muy parecido a lo que escribió el director del periódico Le Figaro, que dijo: 'En un siglo de moralidad artística, no se debe permitir el teatro de Arrabal'. Son cosas excesivas, de un lado y de otro.
- ¿Qué se le vino a la mente cuando fue condenado a doce años de cárcel por haber escrito en la dedicatoria de un libro: "Me cago en Dios, en la patria y en todo lo demás"?
- ¿Cómo es posible que yo, que soy el menos político de los escritores españoles, tenga la 'Legión de Honor', prestigiosísima y completamente inmerecida, de ser el único que irá a la cárcel? ¿Y cómo es posible que a la muerte del general Franco, toda la obra de su colega colombiano (García Márquez) esté publicada en España, mientras que la mía está totalmente prohibida? ¿Por qué tanto homenaje a mí? ¿Por qué un año después de la muerte de Franco, hay cinco españoles que tienen prohibido volver a España? Y cuatro de ellos merecían: La Pasionaria, Carrillo, Líster y El Campesino. Líderes magníficos en su terreno. ¿Pero yo qué pinto ahí? Es como si España y el mundo hubieran deseado que conmigo hubiera algo especial. ¿Usted puede creer que, al comienzo de la Guerra Civil, el primer condenado a muerte sea mi padre, en la ciudad de Melilla? ¡Qué cosas tan misteriosas y tan honoríficas!
- Un año después de la muerte de Franco, La Pasionaria, Líster, Carrillo, Alberti (que era el sexto miembro de la lista de los que no podían regresar) y tantos otros líderes en el exilio regresaron al país. ¿Usted por qué no se radicó de nuevo en España?
- Esto le dije hace unas semanas a (Milan) Kundera: 'tú no eres checo, ni eres francés. De la misma manera que Vives no era español ni francés, y que Spinoza no era español, ni portugués, ni holandés. Nosotros todos hemos entrado en el arte, en la literatura y en la filosofía como quien entra en una religión. Y no somos ni españoles, ni franceses, ni checos: somos de Destierrolandia'.
- ¿Esa sed suya de transgredir se debe a la represión franquista?
- Son cosas que se han inventado. Yo no me explico por qué se dice eso. Si usted va ahora a España, ya sí se pueden conseguir libros míos. Y hay editores que publican obras mías que fueron escritas antes de la muerte de Franco y, por lo tanto, fueron prohibidas por él. Entonces, los editores ponen, por ejemplo 'Celebrando la ceremonia de la confusión', de Fernando Arrabal, y, abajo: 'obra totalmente prohibida por el antiguo régimen'. La transgresión está ahí, porque, entonces, hay gente que compra el libro lamiéndose los labios de gusto. Y hay una gran decepción, porque no se comprende por qué no podía ser leído, ya que no hay nada dentro de él que implique que sea transgresor hasta el punto de que tenga el honor de ser prohibido, honor que no va a tener 'Cien años de soledad'. Y no sé por qué me estoy refiriendo tanto a este amigo (García Márquez). Fíjese usted que la última conversación que tuvimos fue en presencia de Octavio Paz y del presidente de México, que nos invitó... ¡que me invitó a mí!
- Hablemos de la catarsis que usted logró a través de su famosa película cuasiautobiográfica "Viva la muerte"
- Catarsis, la han sentido, cuando se estrenó una obra mía, los países que vivieron el Gulag, como Rusia y Rumanía. Esa es la palabra que se ha empleado en esos países. Tengo una obra que habla de las cárceles franquistas, que se llama 'Y pondrán esposas a las flores'. Y esa obra, que nunca se ha hecho en España (como si tuvieran miedo a que hubiera una catarsis), se ha montado en muchos países excomunistas y, donde yo he hecho cárceles franquistas, ellos han puesto cárceles comunistas, y se ha convertido en el acontecimiento en Moscú, en Bucarest, en Sofía... Entonces, sí ha habido una catarsis ahí, pero una falsa catarsis, porque yo escribí la obra fue para denunciar las cárceles en las que yo había estado sin merecérmelo y donde había visto cosas que me parecían asombrosas, que las conté tal y cómo. Pero, cuando la obra se vio en París y en Nueva York, donde yo la dirigí, la gente sí la vio como lo que era: un testimonio sobre las cárceles franquistas. Lo curioso es que tenga más catarsis y sea recibida con más tensión en Moscú, cuando yo estoy hablando es de otra cosa.
- Hablemos del delirio en su cinematografía....
- ¿Se ha dicho delirio? Yo no le he encontrado delirio nunca. La realidad que estaba plasmando o aquella que creía haber vivido me parecía muchísimo más delirante.
- Hablemos de sus "poemas cinematográficos"...
- Hay mucha gente que me elogia y dice que yo hago poemas cinematográficos. Pero yo creo que, en realidad, la literatura siempre es poema, ya sea dramático, épico, lírico o cinematográfico. Lo que es cierto es que yo rechazo totalmente toda esa poesía que no es puramente 'hacedora'. Si yo describo, por ejemplo, la felación, el mejor elogio es el que me hacen, más o menos con las mismas palabras, Kundera y Houellebecq, quizás, actualmente, el mejor novelista del mundo. Los dos dijeron que el poema 'Mi idolatrada felatriz', que escribo a la gloria de los amores de Peggy Guggenheim con Beckett, era muy hermoso, pero, sobre todo, muy preciso. ¿Ha leído ese poema?
- Ya lo leí, por supuesto.
- ¿Ah, sí? Pero, como usted creía que yo era un provocador, entonces no tiene sentido. Usted tiene que leérselo sabiendo que yo no soy un provocador.
- ¡Este poema ha sido traducido a más de cincuenta lenguas!
- ¡Es muy curioso! Yo creo que soy el 'poeta sin ser reconocido como poeta' más traducido del mundo. ¡Y traducido por qué clase de poetas! Por gentes del valor de Milán Kundera.
- ¿Y cómo se coordinan tantas traducciones?
- Yo no sé. Eso es como cuando vienen y me dicen: 'Sus obras las están montando en este momento en 37 países. ¿Tiene usted la fórmula?' Pues la fórmula, en mi caso, es un misterio.
- Pero lo cierto es que es interminable la lista de montajes de sus obras... ¿Qué se siente ser uno de los dramaturgos vivos más representados del mundo, al lado de Darío Fo?
- Es que yo me pregunto si eso es cierto. ¿De dónde sacan esto? ¿Hay, acaso, una estadística fiable? Creo que, en efecto, se me hace en muchos lugares, muy diversos, y, si esto fuera cierto, creo que sería a causa de Francia. Francia tiene, culturalmente, un prestigio increíble, asombroso, mayor que el de cualquier otro país.
Un día Cioran, poco antes de morir, me dice: '¡Qué suerte tiene usted, Arrabal!'. '¿Por qué?', contesto yo. 'Porque usted es español y es casi francés. Y si es español o francés, es algo. Mientras que yo... yo soy rumano: ¡es como si no fuera nada!'.
- Tanto Cioran, como Kundera, como usted, aunque no aprendieron el francés en la primera infancia, se convirtieron en grandes escritores de la lengua francesa. ¿Se siente igual de cómodo escribiendo largos y complejos textos en un idioma que no es su lengua materna?
- Lo curioso es que, en los sueños, la comodidad es la misma. Y hay una cosa muy misteriosa, que alguna vez le pregunté a Cioran: 'Usted, así como yo sueño en español y en francés, sueña, a veces, en rumano y a veces en francés. ¿Ha logrado saber por qué?'. Yo tengo una mujer que fue catedrática en La Sorbona, y, a ella, que, siendo francesa, habla el español mejor que yo, a veces le hablo en francés, y otras, en español. Mientras, por ejemplo, en el caso de Kundera, en su casa sólo se habla en checo, porque su mujer, Vera, también es checa y habla, como él, el francés con un relativo acento. El día que Kundera me traduce, me dice: 'Hace 25 años que no escribo en esta mierda de lengua, y, por eso, en mi máquina de escribir no tengo los acentos. Por favor, busque a alguien que me los ponga'. Tuve, entonces, que ir donde un traductor en Bruselas, para ponerle los acentos. Todo esto es misterioso.
ARRABAL EN CIFRAS
- Ha publicado catorce novelas.
- Un centenar de obras de teatro lleva su firma.
- Ha elaborado el libreto de cinco óperas.
- Creador de casi dos mil libros de poesía (la mayoría de ellos, de sólo un folio), ilustrados por pintores de la talla de Dalí, Magritte y Tapies.
- Ha escrito media docena de libros técnicos sobre Ajedrez.
- Ha redactado más de quince libros de ensayo y cartas-libro (dirigidas a dictadores y líderes diversos).
- Autor de centenares de artículos publicados en los más prestigiosos periódicos de Europa.
- Ha presentado más de una docena de exposiciones de sus dibujos y fotografías.
- Ha dirigido siete largometrajes y tres cortometrajes (todos con guion suyo).
- Seis de sus obras narrativas han sido llevadas al cine por otros directores.
- Ha actuado en ocho películas.
- Otros autores han publicado más de treinta libros y veinte suplementos monográficos sobre Fernando Arrabal y su obra.
- En numerosos países del mundo, han sido realizadas más de sesenta tesis de pregrado, maestría y doctorado acerca de Fernando Arrabal.
- Su obra ha sido traducida a más de cincuenta lenguas.
- Ha recibido, en más de diez países, más de sesenta premios, doctorados honoris causa y condecoraciones importantes (incluyendo la Legión de Honor y la Orden de las Artes y las Letras -del gobierno de Francia-, el Premio Nadal, el Nabokov, el Wittgenstein, el Espasa, el Mariano de Cavia, el Passolini -de cine- y el Gran Premio de Teatro de la Academia Francesa. Ha sido finalista en el Cervantes y en el Nobel).