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  • : El blog de Sergio Esteban Vélez
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Guerra, Padura y Manet

30 mayo 2010 7 30 /05 /mayo /2010 20:39

 

 

En los 65 años de la Reforma Constitucional de 1945, a través de la cual el Liberalismo consiguió para las mujeres la condición de ciudadanas, vale la pena reflexionar sobre el proceso de lucha que ha emprendido este Partido en pos de la equidad y la justicia social

 

SERGIO ESTEBAN VÉLEZ

El Mundo, 30 de mayo de 2010

 

Se están cumpliendo 65 años de la Reforma de 1945.  Gracias a ese acto constitucional que impulsó el Liberalismo, quedaron inscritas en la Norma de normas diversas medidas que buscaban la modernización de nuestro Estado.  La más sobresaliente: la concesión a las mujeres de la categoría de ciudadanas.

 

Para profundizar sobre este tema, conversamos con la doctora Rosita Turizo de Trujillo, la líder del grupo de mujeres que convenció a Alberto Lleras de organizar los mecanismos necesarios para que las colombianas pudieran votar por primera vez, en 1957. Con su colaboración y con la del historiador Rodrigo Llano Isaza, veedor nacional del Partido Liberal, logramos trazar la siguiente línea histórica acerca de los logros que hoy celebramos:

 

El Partido Liberal fue fundado en 1848.  Desde un comienzo, sus máximos principios, al mejor estilo de los redactores de la Declaración de los Derechos Humanos, fueron los de Libertad e Igualdad.

 

Y un año después de su fundación, el Liberalismo ya estaba empezando a ver la cristalización de sus objetivos.  Su primera victoria, en 1849, fue la abolición de la esclavitud.

 

Desde entonces, sus ideales ya incluían el de la igualdad entre hombres y mujeres.  Fue así como, en 1853, los liberales de la provincia de Vélez (hoy sur de Santander) lograron la aprobación de una Constitución Provincial que daba el derecho al voto a las mujeres mayores de 21 años.  Fue la primera vez en América Latina que las mujeres tuvieron derecho a sufragar.  Sin embargo, en 1857,  cuando el Liberalismo había perdido el poder, la Corte Suprema anuló la citada norma.

 

No se sabe si, durante los años de la vigencia de la Carta de Vélez, las mujeres pudieron hacer efectivo su derecho al voto.   

 

Poco después, en 1863, el nuevo gobierno liberal promulgó la Constitución de Rionegro.  Este estatuto federalista fue el pilar del llamado “Olimpo Radical”, que duró dos decenios, durante los cuales el Liberalismo centró su mira en la defensa de las libertades individuales y sancionó normas para garantizar las libertades de cultos, de imprenta, de pensamiento, la educación laica y la separación de Estado e Iglesia.  Este también fue el período de la “desamortización de bienes de manos muertas”, el primer experimento colombiano para poner en movimiento la propiedad rural.

 

En 1885, con la traición de Rafael Núñez al Liberalismo, los conservadores se impondrían en el poder y proclamarían la conservadurista Constitución de 1886.  

 

La hegemonía conservadora duraría 45 años. En ellos, no se produjeron avances significativos en la ruta de la emancipación de las mujeres en nuestro país.  Esto se debió a la mentalidad de algunos de los gobernantes, como Miguel Abadía Méndez, último presidente del gobierno conservador de ese período, quien afirmaría: “... las mujeres no tienen ningún vuelo intelectual.  Si la reina Catalina descolló en el gobierno fue porque los hombres la asesoraban, dirigían los negocios públicos  por mano de Catalina. De esta manera han sobresalido muchas mujeres en los ramos de la actividad pública. Si continuamos proclamando el feminismo, haría un flaco servicio a la sociedad: las mujeres irían a los parlamentos y los hombres a la cocina”.

 

En 1930, a causa de decisiones políticas del Arzobispo de Bogotá, el Conservatismo se dividió en las elecciones y salió derrotado.  Ascendió entonces nuevamente el Liberalismo, en cabeza de Enrique Olaya Herrera.  Respecto de las ejecutorias de este mandatario en relación con los derechos de las mujeres, la doctora Turizo nos cuenta: “Nuestra emancipación comenzó realmente con el gobierno de Olaya Herrera.  En 1932, se logra la Ley 28, que es la que, por primera vez en Colombia, le da a la mujer casada la capacidad de administrar sus bienes y de comparecer en juicio, porque ella, por el matrimonio, estaba considerada en el Código Civil, entre los llamados ‘incapaces relativos’, con los sordomudos que no podían darse a entender por escrito, los dementes y los ciegos”.

 

Continúa la doctora Rosita: “En ese mismo gobierno, se le dio a la mujer el derecho de entrar a estudiar bachillerato y el ingreso a la universidad.   Entonces, empezamos a salir las primeras abogadas, pero, como no podíamos ejercer cargos que conllevaran jurisdicción y mando, porque no teníamos la calidad de ciudadanas, en la reforma constitucional del 36, se dijo especialmente que las mujeres podrían ejercer esta clase de cargos”.

 

La Reforma de 1936 de la que habla la doctora Turizo fue una de las máximas realizaciones del primer gobierno de Alfonso López Pumarejo, quien emprendió la célebre “Revolución en Marcha”.  Las reformas de López Pumarejo le han merecido un puesto de honor en la historia de Colombia, como un mandatario que se enfocó en la defensa de los derechos de los trabajadores y el pago de la deuda social, a través, especialmente, de una reforma tributaria que impuso gravámenes a los más ricos, para tener mayores recursos para la educación, salud y necesidades básicas de los más pobres.  Su gobierno dio una función social a la propiedad y preconizó la libertad de enseñanza.  Fue, además, decisivo para la consolidación de la Universidad Nacional.

 

La Reforma del 36, al crear las prestaciones sociales y promover las asociaciones sindicales, buscó ampliar las garantías sociales conseguidas por el gobierno liberal de Olaya Herrera, que comprendieron: “el derecho de asociación, las vacaciones remuneradas, el descanso dominical, la protección de la infancia, la inembargabilidad parcial de los salarios, la jornada de ocho horas y la ampliación del seguro de vida obligatorio”, como dice el historiador Llano Isaza, en su libro “El Partido Liberal, esencia del cambio en Colombia”.

 

En 1938, sube al poder el liberal Eduardo Santos. Para él, los derechos de las mujeres también fueron asunto prioritario.  Según recuerda Llano: “Durante su gobierno, se expidieron las primeras leyes de protección a la maternidad, se concedió la licencia remunerada de ocho semanas, se prohibió el despido de las mujeres embarazadas, se permitió un tiempo de la jornada laboral para la lactancia y se prohibió que las mujeres desarrollaran trabajos insalubres o peligrosos”.

 

En 1942, López Pumarejo fue electo para un segundo mandato. De este, surgió la reforma del 45, anteriormente mencionada, que concedió a las mujeres la categoría de ciudadanas y les permitió ejercer cargos públicos.

 

El Liberalismo perdió el poder en 1946, y no lo recuperó sino hasta 1958, cuando se inició el Frente Nacional: obra del liberal Alberto Lleras Camargo, que logró detener la violencia que desangraba al país. 

 

Los presidentes liberales de ese momento histórico fueron entusiastas defensores de la igualdad entre hombres y mujeres. El papel del humanista Alberto Lleras fue decisivo para que las colombianas pudieran votar por primera vez.  Su gobierno, además, desarrolló proyectos tales como la creación del INCORA (que contribuyó significativamente a una distribución más justa de la tierra), la Ley Antimonopolios y el reconocimiento y protección de las comunidades indígenas.

 

Sergio Esteban Vélez y Alfonso López MichelsenSergio Esteban Vélez y Julio César Turbay AyalaY el gobierno de Carlos Lleras Restrepo impulsó la “Ley Cecilia”, por la cual se creó el ICBF y fueron equiparados hombres y mujeres para ser curadores o tutores de sus hijos.  Por lo demás, su administración fue la que promovió la masificación del control de la natalidad en nuestro país.

 

Lleras Restrepo, a la par de la propulsión del desarrollo económico (que fue su fuerte) fomentó el crecimiento del ser humano como ente integral.  Fue así como fundó Colcultura, Colciencias y Coldeportes.

 

Luego, en la etapa de Alfonso López Michelsen, el liberalismo promulgó por decreto el Estatuto de igualdad jurídica de los sexos, que suprimió todas las diferencias en contra de la mujer que había en el Derecho, especialmente en el Código Civil. 

 

El siguiente gobernante liberal, Julio César Turbay Ayala, no sólo se interesó por la defensa de las mujeres, al legislar para prohibir toda discriminación contra ellas, sino que protegió los derechos de las minorías sexuales.  Gracias a un decreto suyo, el homosexualismo dejó de ser contemplado como delito. 

 

Luego del gobierno conservador de Betancur, el Liberalismo regresó al poder, entre 1986 y 1998.  En este período, los presidentes Barco, Gaviria y Samper también siguieron el enfoque liberal del respeto a las libertades y la búsqueda del bien común, a través de la creación de programas como el Sisbén. Además de las eternas preocupaciones sociales del Liberalismo, estos gobiernos descollaron por su interés por otras problemáticas actuales de importancia. Así, crearon los ministerios del Medio Ambiente y de Cultura y el Viceministerio de la Juventud.  El máximo triunfo del ideario liberal durante este período fue la aprobación de la Constitución de 1991, que convirtió a Colombia en un Estado pluralista, multicultural y garantista del bienestar de los nacionales.

 

Sergio Esteban Vélez y César Gaviria TrujilloErnesto Samper Pizano y Sergio Esteban Vélez      ElLiberalismo ha estado fuera del poder desde 1998.  Sin embargo, no ha cesado en su afán por batallar por la equidad de sexos. La más reciente victoria de esa lucha tuvo lugar en el año 2000, cuando la Corte Constitucional reconoció la Ley de Cuotas, aprobada gracias al liderazgo de la senadora liberal Vivianne Morales.  Esta norma impone que, como mínimo, el 30% de los cargos públicos sea ocupado por mujeres.

 

En la actualidad, el Partido Liberal cuenta con un completísimo programa de propuestas que buscan llevar más allá los logros sociales inmensos que ha conseguido en estos más de 160 años de resultados.

 

 

  

LOS CONOCEDORES OPINAN

 

¿Cuál es, según usted, el mayor logro del Liberalismo colombiano?

 

“La liberación de los esclavos; la reforma de 1849, que sacó a Colombia del siglo XVIII y la metió en el XIX; la reforma de 1936, que sacó a Colombia del siglo XIX y la metió en el XX; las reformas laborales de Olaya Herrera; la Ley de Tierras, de Alfonso López Pumarejo; la reorganización del Estado que hizo Carlos Lleras Restrepo; y el Sisbén, de la administración de César Gaviria”.

 

RODRIGO LLANO ISAZA

Veedor Nacional del Liberalismo

 

“La ley para reglamentar la elección popular de alcaldes, que la hizo aprobar el gobierno de Barco. Ese es un aporte fundamental del Partido liberal al fortalecimiento de la democracia colombiana.  Y la Constitución del 91, impulsada por el presidente Gaviria.  La carta de Derechos Fundamentales de esa Constitución es modélica: ahí están contemplados todos los derechos civiles, políticos, económicos, sociales y ambientales, de una manera supremamente amplia”.

 

ARMANDO ESTRADA VILLA

Ex ministro de Estado

 

“Para mí, los mayores logros del Liberalismo han sido la liberación de los esclavos, la lucha por los derechos fundamentales de los ciudadanos y la defensa de la democracia”.

 

BERNARDO TRUJILLO CALLE

Ex alcalde de Medellín

 

“Entre los logros más importantes están las reformas que se hicieron en los años de la famosa Revolución en Marcha: la reforma tributaria de López Pumarejo, la Ley de Tierras, la apertura de la universidad a la mujer...  Además, en esa etapa se logró modernizar mucho al país”.

 

EVELIO RAMÍREZ MARTÍNEZ

Ex alcalde de Medellín

 

“Para mí, el mayor aporte del Liberalismo es lo que tiene que ver con las libertades: la libertad de los esclavos, la libertad de opinión y de expresión. Además del voto femenino y de lo que tiene que ver con la inclusión y con la búsqueda de la equidad”

 

EUGENIO PRIETO SOTO

Ex gobernador de Antioquia

 

Link El Mundo

 

 

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