"Cimbelino" fue la obra escogida, del país invitado de honor, el Reino Unido, para abrir el telón del XI Festival Iberoamericano de Teatro, la noche del 7 de marzo, en el Teatro Colón de Bogotá.
SERGIO ESTEBAN VÉLEZ
El Mundo, 16 de marzo de 2008
Este clásico, una de las obras de Shakespeare que menos se han montado, es llevado a las tablas en una versión ultramoderna, por la Royal Shakespeare Company, de Londres, en conjunto con el Kneehigh Theatre, de Cornualles, bajo la conducción de la laureada directora Emma Rice. Su innovadora mise en escene, su música en vivo y sus fuertes actuaciones han recibido los mayores elogios, en sus presentaciones en los festivales de Edimburgo, Madrid, Singapur, Brisbane Australia, el Shakespeare de Nueva Cork y el Patras de Grecia.
El actor Humberto Dorado acota que: "Esta es una de las obras más locas de Shakespeare. Toma cosas prestadas de otras obras. El autor la va centrando como le da la gana. El año pasado, empezó la moda de montar Cimbelino, porque las culturas tienen modas y por oleadas escogen los temas. Yo recuerdo que, en el II Festival, Chéjov fue el gran resucitado, con cuatro montajes de "Las tres hermanas". Es muy bonito que la humanidad siempre vuelva a lo fundamental. En cuanto a las novedades estilísticas, hay que mantener siempre el goce, y si este necesita factores exógenos, es legítimo".
La pieza reflexiona alrededor de dos temas principales: la familia y la verdad. Cuenta la historia del rey Cimbelino y, para ello, recurre a la estética, a música arrebatadora y a recursos creativos de mucha imaginación, para desentrañar las vibraciones íntimas de esta familia “Real”, tan “real”… Los dos hijos varones del rey son raptados, en su infancia, y la reina muere de la pena moral. El rey vuelve a contraer matrimonio, esta vez con una mujer inicua y manipuladora, que quiere casar a su hijo Cloten con la princesa Imogena, única heredera al trono, pero esta ya ha desposado al plebeyo Póstumo, en contra de los deseos de su padre. Póstumo es desterrado a Italia y allí conoce a Lachimo, quien asegura que todas las mujeres son infieles y apuesta a que Imogena lo traicionará. De allí, vendrá una tragedia, de engaños y traiciones, deseos reprimidos, oposiciones y luchas por el poder, que culminará, felizmente (cosa extraña en Shakespeare), con que el amor logra vencer al mal: Imogena y Póstumo se reencuentran, aparecen los dos hermanos perdidos y, luego de la muerte de la malvada reina, Cimbelino despierta de su letargo, como triunfante rey y padre.
En relación con el realismo de la obra, Alfonso Gómez Méndez, ex Fiscal General de la Nación, nos dijo que: “A partir de una falsa información, se crea una tragedia. Eso pasa mucho en la vida real, y hay muchos crímenes que se cometen, a partir de las falsas informaciones originadas en las intrigas”.
El Kneehigh Theatre, con más de 25 años a la vanguardia del teatro experimental en el Reino Unido, es famoso por crear formas de Teatro nuevas y accesibles, para lo cual recurre a una gran variedad de medios y alternativas artísticas. Su objetivo es mostrar obras originales, que le den un nuevo sentido al arte de contar historias.
A pesar de su larga experiencia y exploración, esta compañía nunca había llevado a escena una obra de Shakespeare. “Sentía que Shakespeare era algo que otras personas montaban y que no era para nuestra audiencia, que es muy joven y popular”, dice la directora Rice, quien agrega que: “Fue un experimento muy valiente de la Royal Shakespeare pedirnos hacer algo muy fresco y pícaro”.
Para el grupo, lo más difícil fue trabajar con el lenguaje “anticuado” de Shakespeare, por eso, la directora decidió encomendarle una nueva versión escrita de la obra al joven escritor Carl Grose, quien, con gran imaginación y sin ninguna cortapisa, produjo un texto muy moderno, fluido y divertido, Shakespeare “urbano”, en el que se fusionan la comedia, la tragedia, la epopeya y la telenovela.
Son fundamentales el profundo conocimiento y la excelencia en el trabajo de los actores, que logran que esta interpretación del drama de Shakespeare resulte ciertamente conmovedora y audaz.
En este montaje, absolutamente libre, soprenden el gran manejo de la música, que evoca canciones de cuna, sobre versos de Shakespeare, y el vestuario ecléctico. La escenografía, una jaula llena de cuartos separados por grandes mallas industriales, y la magnífica iluminación consiguen expresar muchas cosas con mínimos instrumentos.
“Ciertamente se deshace de los lugares comunes de muchas puestas en escena de Shakespeare. Es, definitivamente, dinámica, divertida y creativa”, es la opinión de la crítica Charlote Loveridge.
Hay consenso, por parte de los conocedores, en que es una de las obras más impactantes que han traído al festival, en sus 11 versiones.